Las relaciones entre lenguaje y pensamiento no aparecen al nacer el bebé ni son invariables, sino que se van construyendo y estrechando a lo largo del desarrollo del niño. De esta manera lenguaje y pensamiento tienen un origen diferente para, posteriormente, desarrollar un proceso de interconexión funcional por el cual el lenguaje se convierte en pensamiento y el pensamiento en lenguaje. Para que esto sea posible es necesario la interacción con otro, o sea que necesita de un medio social que le aporte un lenguaje en un proceso interactivo.
Recuerden que ésto es una Guía del desarrollo del lenguaje, algunos hitos pueden aparecer un poco antes o un poco después, pero si se da cuenta que hay muchas cosas que su hijo no realiza a la edad que le corresponde, no dude en acudir a un especialista .
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1 c a p í t u l o 1 JEAN BERKO GLEASON Universidad de Boston El desarrollo del lenguaje UNA REVISIÓN Y UNA VISTA PRELIMINAR Hacia los tres o cuatro años, los niños de cualquier lugar han adquirido los elementos fundamentales del idioma que se habla a su alrededor, independientemente de lo compleja que sean la gramática y el sistema de sonidos. El desarrollo del lenguaje es un logro humano sorprendente y, sin embargo, universal. Suscita algunas de las preguntas teóricas y prácticas más desafiantes de nuestra época: prestan atención al lenguaje los bebés, o incluso los fetos? Qué pasaría si nadie les hablara: inventarían los niños por sí solos un lenguaje? Cómo y por qué adquieren los niños pequeños una gramática compleja? Son los seres humanos únicos o tienen otros animales un lenguaje tal y como lo entendemos? Qué pasaría si criáramos a un chimpancé como si fuera nuestro propio hijo? Aprendería a hablar? Saben los loros que hablan lo que están diciendo? Existen teorías que pueden explicar correctamente el desarrollo del lenguaje? Es el lenguaje una capacidad independiente o es sencillamente una faceta de nuestra capacidad cognitiva general? Qué es lo que deben saber realmente las personas para tener plena competencia del lenguaje en la edad adulta, y hasta qué punto el desarrollo de esas habilidades es representativo de procesos universales? Y qué hay de las diferencias individuales? Qué ocurre cuando el lenguaje se desarrolla de forma atípica? Se puede hacer algo al respecto? Qué ocurre con las habilidades del lenguaje cuando nos vamos haciendo mayores? Qué perdemos y qué mejoramos, si es que algo mejora, con la edad? Estas son algunas de las preguntas que intrigan a los investigadores del desarrollo del lenguaje y que han dado lugar a este libro. Cuando los niños empiezan a adquirir el lenguaje, hacen progresos rápidamente. Para cuando alcanzan la edad escolar, e incluso antes, pueden leer, pueden variar su habla para ajustarse al carácter social y comunicativo de una situación; conocen el significado y la pronunciación de, literalmente, miles de palabras y utilizan con bastante corrección las formas gramaticales (sujetos, objetos, verbos, plurales y tiempos verbales) cuyos nombres no aprenden hasta los últimos años de la educación básica. Sin embargo, el desarrollo del 1
2 2 CAPÍTULO UNO El desarrollo del lenguaje En cada etapa de la vida se desarrollan nuevos aspectos del lenguaje. U lenguaje no cesa cuando el individuo alcanza la edad escolar ni tan siquiera en la adolescencia o la madurez; el desarrollo se produce a lo largo de toda nuestra vida. La reorganización y reintegración de los procesos mentales que son típicos de otras funciones intelectuales también se pueden ver en el lenguaje, toda vez que las condiciones cambiantes que acompañan a la madurez provocan la modificación de la capacidad lingüística. Por tanto, este libro está escrito desde una perspectiva evolutiva que abarca toda la vida. Aunque la mayoría de los estudios sobre el desarrollo del lenguaje se ha centrado en los niños, las preguntas que planteamos también requieren que se estudie a personas maduras. Este capítulo se divide en cuatro partes fundamentales. La primera proporciona una breve revisión del curso de desarrollo del lenguaje, desde la primera infancia hasta la vejez. Sirve como anticipo de los capítulos que siguen. La segunda parte examina algunas de las bases biológicas exclusivas que hacen que sea posible el desarrollo del lenguaje en los humanos. Nuestra dotación biológica es necesaria, pero no suficiente, para garantizar el desarrollo del lenguaje, que no se produce sin interacción social. La tercera parte describe los principales sistemas lingüísticos que deben adquirir las personas. Aquí no se defiende ninguna teoría lingüística en concreto; por el contrario, se presenta información descriptiva que ha proporcionado el marco de gran parte de la investigación básica sobre la adquisición del lenguaje, y en el capítulo correspondiente se presenta un material lingüístico más técnico. Si hay una perspectiva unificadora que comparten los autores de este libro es la visión de que los individuos adquieren a lo largo de su vida una representación interiorizada del lenguaje que tiene un carácter sistemático y que se puede estudiar. Esto no implica que se pueda lograr una representación interna en ausencia de un contacto social, ni tampoco sin que haya varios tipos de aprendizaje distintos (como se explica en el Capítulo 7, Planteamientos teóricos sobre la adquisición del lenguaje). La cuarta y última parte de este capítulo se centra en los antecedentes y métodos del estudio del desarrollo del lenguaje. UNA REVISIÓN DEL CURSO DE DESARROLLO DEL LENGUAJE Desarrollo de la comunicación en la infancia Sabemos que, antes incluso de nacer, los niños ya escuchan el idioma que se habla a su alrededor. La investigación demuestra que los recién nacidos prefieren oír el idioma que han oído cuando estaban en el útero. Durante sus primeros meses, los bebés empiezan a adquirir habilidades comunicativas que subyacen tras el lenguaje mucho antes de decir sus primeras palabras. Los bebés son seres con una intensa vida social: miran a los ojos de
3 Una revisión del curso de desarrollo del lenguaje 3 quienes los cuidan y son sensibles al tono emocional de las voces que oyen. Prestan atención al lenguaje que se utiliza para hablarles; toman turnos en la conversación, incluso si ese turno es solo un balbuceo. Si quieren algo, aprenden a dar a conocer sus intenciones. Además de poseer las motivaciones sociales que quedan evidenciadas en una etapa tan temprana de la vida, los bebés también están equipados fisiológicamente para procesar las señales del habla que perciben. A los seis meses de edad los bebés ya han empezado a clasificar los sonidos de su propio idioma, de forma muy parecida a como lo hacen los adultos. Aproximadamente a los once meses, los bebés comprenden cincuenta o más palabras comunes, y señalan felizmente con el dedo a la persona correcta cuando alguien pregunta dónde está papá? Aproximadamente a la misma edad a la que dan los primeros pasos, muchos bebés producen sus primeras palabras. Al igual que el andar, el primer lenguaje surge aproximadamente a la misma edad y de forma muy parecida en todos los niños, independientemente del grado de sofisticación de la sociedad o de las características del idioma que se esté adquiriendo. Antes de que los niños produzcan esas primeras palabras, son capaces de comunicarse de forma no verbal con los que los rodean y de expresar sus intenciones. En el Capítulo 2 se analizan los precursores del lenguaje que se desarrollan durante el primer año de vida. Desarrollo fonológico: el aprendizaje de los sonidos y de los patrones sonoros A mediados de su primer año de vida, los bebés empiezan a balbucear, jugando con los sonidos de forma muy parecida a como juegan con los dedos de las manos y los pies. A principios de su segundo año, para la mayoría de los niños el balbuceo del bebé prelingüístico da paso a las palabras. Ha habido una controversia considerable sobre la relación entre el balbuceo y el habla, pero actualmente la mayoría de los investigadores se muestra de acuerdo con que el balbuceo se mezcla con el primer habla y puede continuar incluso después de la aparición de palabras reconocibles. Parece que el curso del desarrollo del lenguaje tiene algunas características universales una vez que los bebés han empezado a hablar. Normalmente, las primeras expresiones de los niños más pequeños están compuestas únicamente de una palabra, y las palabras tienen una pronunciación sencilla y un significado concreto. Aquí, al igual que en otros campos de la investigación lingüística, es importante darse cuenta de que hay distintas restricciones que influyen sobre la comprensión y la producción de una forma particular. Algunos sonidos son más difíciles de pronunciar que otros, y pueden ser especialmente problemáticas las combinaciones de consonantes. En un idioma dado, los niños resuelven los problemas fonológicos que se van encontrando de distintas maneras. En el Capítulo 3 se ofrece un marco para estudiar la creciente capacidad de los niños tanto para reconocer como para producir los sonidos de su propio idioma. Desarrollo semántico: aprendizaje del significado de las palabras La forma en que las personas relacionan las palabras con sus referentes y sus significados es objeto de estudio del desarrollo semántico. De la misma manera que hay restricciones
4 4 CAPÍTULO UNO El desarrollo del lenguaje que afectan a las formas fonológicas de las primeras palabras de los niños, parece que existen límites a los tipos de significados de esas primeras palabras: por ejemplo, el vocabulario de los niños más pequeños incluirá más probablemente palabras que hacen referencia a objetos que se mueven (autobús) que a objetos inmóviles (banco). Su vocabulario refleja su vida cotidiana y es improbable que haga referencia a acontecimientos distantes en el tiempo o en el espacio, o a cualquier cosa de carácter abstracto. Las primeras palabras como hola, guau-guau, mamá y zumo hacen referencia a objetos, acontecimientos y personas en el entorno inmediato del niño. Cuando llegan a la edad escolar, las palabras de los niños se van haciendo cada vez más complejas e interconectadas, y los niños también obtienen un nuevo tipo de conocimiento: la conciencia metalingüística. Esta nueva capacidad hace que sea posible que puedan pensar sobre su idioma, comprender qué son las palabras e, incluso, definirlas. Las investigaciones sobre las primeras palabras de los niños y sus significados, así como la forma en que se desarrollan los sistemas de significado en complejas redes semánticas, se analizarán en el Capítulo 4. Juntando palabras: morfología y sintaxis en los años preescolares En el transcurso de su segundo año de vida, cuando ya conocen aproximadamente unas cincuenta palabras, la mayoría de los niños avanza a una fase de combinaciones de dos palabras. Las palabras que decían en la fase de una sola palabra se combinan ahora en expresiones telegráficas, sin artículos, preposiciones, flexiones, ni ninguna otra modificación gramatical necesaria en el lenguaje de los adultos. El niño puede decir ahora cosas como eso guau-guau queriendo decir eso es un perro y zumo mamá queriendo decir el zumo de mamá, o mamá, dame zumo o mamá se está bebiendo su zumo. El estudio de las expresiones de dos palabras de los niños en muchas comunidades con idiomas distintos ha demostrado que en todas partes del mundo los niños de esta edad expresan el mismo tipo de pensamientos e intenciones con el mismo tipo de expresiones. Piden más de algo; dicen no a algo; observan algo u observan que algo ha desaparecido. Esto les lleva a producir expresiones del tipo más leche, no cama, hola gatito y galleta no está. Un poco más adelante en la fase de dos palabras aparece aproximadamente una docena de tipos de significados. Por ejemplo, los niños pueden hacer referencia a un actor y a un verbo: papá come. Pueden modificar un sustantivo: guau-guau malo. Pueden especificar una localización: gatito mesa. Pueden nombrar un verbo y un objeto, sin mencionar al sujeto: toma comida. En esta fase, los niños están expresando estos significados básicos, pero no pueden utilizar las formas del lenguaje que indican número, género y tiempo verbal. El lenguaje de los niños pequeños se centra en el aquí y el ahora; no hay mañana ni ayer en el lenguaje de la fase de dos palabras. Lo que pueden decir los niños está estrechamente relacionado con su nivel de desarrollo cognitivo y social, y un niño que no puede concebir el pasado tiene pocas probabilidades de hablar de él. A medida que las expresiones del niño se hacen más largas empiezan a aparecer las formas gramaticales. En inglés, se empiezan a oír artículos, preposiciones y flexiones que representan el número, la persona y el tiempo verbal. Aunque la fase de dos palabras tiene algunas características universales en todos los idiomas, lo que se adquiere 2ff7e9595c
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